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lunes, 9 de marzo de 2015

EL ARBOL DE MANZANAS


                                                           EL ARBOL DE MANZANAS


Este era unenorme árbol de manzanas el cual un niño amaba mucho. Todos los días jugaba a su alrededor, trepaba hasta el tope, comía sus frutos y tomaba la siesta bajo sus sombra. El árbol también lo quería mucho.
Pasó el tiempo, el niño creció y no volvió a jugar alrededor del árbol. Un día regresó y escuchó que éste le decía con cierta tristeza:
-¿Vienes a jugar conmigo?
Pero el muchacho contestó:
-Ya no soy el niño de antes que juega alrededor de los árboles. Ahora quiero tener juguetes, y necesito dinero para comprarlos.
-Lo siento-dijo el árbol-no tengo dinero, pero te sugiero que tomes todas mis manzanas y las vendas, así podrás comprar tus juguetes.
El muchacho tomó las manzanas, obtuvo el dinero y se sintió feliz. También el árbol fue feliz, pero el muchacho no volvió. Tiempo después, cuando regresó, el árbol le preguntó:
-¿vienes a jugar conmigo?
-No tengo tiempo para jugar, debo trabajar para mi familia y necesito una casa para mi esposa e hijos. ¿Puedes ayudarme?
- lo siento –repuso  el árbol  -, no tengo una casa, pero puedes cortar mis ramas y construir tu casa.
El hombre cortó todas las ramas del árbol, que se sintió feliz, y no volvió. Cierto día de un cálido verano, regresó.  El árbol estaba encantado.
-¿vienes a jugar conmigo? – le preguntó
-Me siento triste, estoy volviéndome viejo. Quiero un bote para navegar y descansar, ¿Puedes dármelo? El árbol  contestó –usa mi tronco para construir uno, así podrás navegar y serás feliz.
El hombre cortó el tronco, construyó su bote y se fue a navegar por un largo tiempo. Regresó después de muchos años y el árbol le dijo:
-          Lo siento mucho, pero ya no tengo nada que darte, ni siquiera manzanas.
El hombre replicó:
-          No tengo dientes para morder ni fuerza para escalar, ya estoy viejo.
Entonces el árbol, llorando, le dijo:
-Realmente no puedo darte nada. Lo único que me queda son mis raíces muertas.
Y el hombre contestó:
-No necesito mucho ahora, sólo un lugar para reposar. Estoy cansado después de tantos años…
- Bueno- dijo el árbol- , las viejas raíces de un árbol son el mejor lugar para recostarse y descansar. Ven siéntate conmigo y descansa..
El hombre se sentó junto al árbol y éste, alegre y risueño, dejó caer algunas lágrimas.


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Esta es una historia de cada uno de nosotros: El árbol son nuestros padres. De niños, los amamos y jugamos con ellos. Cuando crecemos los dejamos solos: regresamos a ellos cuando los necesitamos o cuando estamos en problemas. No importa lo que sea, siempre, siempre están allí para darnos todo lo que puedan y hacernos felices. Usted puede pensar que el muchacho es cruel con el árbol, pero ¿No es así como tratamos a veces a nuestros padres?

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