EL PICAPEDRERO AMBICIOSO
Había una vez un hombre que se dedicaba a cortar piedras de
una gran roca. Su trabajo era muy duro y además, el dinero que ganaba, apenas
le alcanzaba para vivir.
Un día, que se encontraba muy cansado por su trabajo, se
dijo:
-
¿Por qué no seré un hombre rico para así poder
estar descansando en mi cama?
Y mientras el picapedrero pensaba en todo lo que podía hacer
si tuviese dinero, se le apareció un hada que le dijo:
-¡Que tu deseo sea satisfecho!
Y el hombre se convirtó en un millonario que descansaba en
su cama tal como lo había soñado.
Un día observó que llegaba a su pueblo un hombre mucho más
rico que él. Esto lo hizo sentirse mal, pues no sabía que había otros hombres
con más fortuna que la suya. De pronto se dijo:
-
¡Si yo pudiese tener todo el dinero que tiene
ese hombre!
El hada se apareció nuevamente y le dijo:
-¡Que tu deseo sea satisfecho!
El hombre se convirtió en gobernante y se paseaba por las
calles de su pueblo en un hermoso carruaje, pero los rayos del sol le causaban
un intenso calor. De pronto se dijo:
-¡Quisiera ser el astro rey que todo lo domina!
-¡Que tus deseos sean cumplidos! – dijo nuevamente el hada.
Y el picapedrero fue transformándose en el sol que derramaba
sus rayos sobre la Tierra quemando todo lo que quería y haciendo sudar hasta
los personajes más poderosos.
Pero, una nube se interpuso en los aires y la luz solar quedó opacada.
Irritado el sol al ver su luz oscurecida, gritó furioso:
-¡Quiero ser nube!
El hada se presentó una vez más y le dijo:
-¡Que tus deseos sean cumplidos!
El sol se convirtió en nube, daba sombra a la Tierra y de
vez en cuando brotaban de ella gotas de agua que regaban los campos de cultivo,
haciéndolos reverdecer.
Pero nada podía hacer el agua de la lluvia contra la roca, a
pesar de caer con mucha fuerza.
Entonces se oyó un terrible grito que decía:
- - Esa roca es más fuerte que yo. ¡Quiero ser roca!
- Y el hada se presentó nuevamente y le dijo:
-
-¡Que tus deseos sean cumplidos!
Y la nube fue convertida en roca. Y ni los rayos del sol ni la
fuerza de las lluvias fueron más fuertes que ella. Pero llegó un hombre con una
herramienta, un picapedrero con un pico y un martillo que golpeándola lo iba
haciendo pedazos.
Entonces la roca dijo:
-
¡No, no puede ser. Ese picapedrero es más
poderoso que yo!¡Quiero ser picapedrero!
El hada bondadosa y obediente
como siempre le dijo:
-
-¡Picapedrero serás!
Y el ambicioso, transformado
tantas veces, volvió a ser el picapedrero que trabaja todo el día duramente.
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